Los Sionas son un pueblo originario que habita en el nororiente de la cuenca amazónica. Ocupan su territorio ancestral desde hace milenios, territorio que actualmente se ubica en la frontera Ecuador y Colombia. Existen cerca de 2500 indígenas sionas y, si bien tienen su lengua propia, cada vez hablan más el español, por diversos y complejos factores. Los sionas se encuentran en severo riesgo de extinción, a la vista de dos Estados que no hacen respetar sus derechos, que no impiden la invasión de su territorio por empresas locales o transnacionales, ni les brindan apoyo o protección ante el conflicto armado colombiano, en cuyo cruce de balas subsisten día a día.

La Cosmología Siona


Langdon, E. J. (2014). La negociación de lo oculto: chamanismo, medicina y familia entre los Siona del bajo Putumayo. Popayán: Universidad de Cauca.


La antropóloga Jean Langdon narra dos importantes experiencias, en los años de 1997 y 2002, con los pueblos indígenas del Putumayo. Consta aquí su investigación sobre la vida y cosmología de estos pueblos, centrándose en especial su trabajo con el pueblo Siona. La negociación de lo Oculto: Chamanismo, Medicina y la Familia entre los Siona del bajo Putumayo fue publicado por primera vez en julio de 2014, bajo el auspicio de la Editorial Universidad del Cauca en Colombia. La investigación etnográfica de Langdon ofrece una gran riqueza de información sobre mundo chamánico del pueblo de los Siona. Ella realizó una observación participante en el lugar, con aprendizaje del idioma y costumbres. Todo ello hace que su trabajo de campo sea un referente que ofrece detalles y reflexiones de gran interés.
Esta investigación lleva a la autora a plantearse una serie de interrogantes teóricas y metodológicas. Se entiende que para su visita del año 2002, el contexto de los Siona y del Estado colombiano habían cambiado; además, se sumaba la problemática del tráfico de drogas, que había llegado a expandirse a territorios cercanos a los de estos grupos indígenas. Todo ello llevó a que se diera un nuevo desplazamiento de estos grupos hacia zonas urbanas (Bogotá, Medellín) y, lo más alarmante, que la desaparición de la lengua ancestral de los Siona comenzara a ser una realidad triste. 
El libro consta de once capítulos, pero voy a referir únicamente los que abordan la cosmología, en su relación con la salud y la enfermedad del pueblo Siona. Langdon explica el sistema cosmológico a través de una discusión con siete mayores de esta comunidad, que realizaron el aprendizaje chamánico; sin embargo, ninguno llegó al conocimiento total que posee un curaca, en razón de que su líder había muerto ya hacía muchos años.
Para entender la cosmología y su relación con la medicina y las enfermedades, la autora explica los términos utilizados por los Siona. El limitante se encuentra en la traducción y significados de estos, siendo la misma Langdon quien explica que los términos han sido mal interpretados y, en otros casos, no se sabe cómo traducirlo o relacionarlos con el contexto.
Langdon inicia con la explicación del mundo del cosmos y la naturaleza, elementos esencialmente relacionados con la cosmovisión y la vida cotidiana de los Siona. El entendimiento de esto como un sistema orgánico permite comprender su medicina y la cura de las enfermedades. La cosmología de los Siona se explica a través de los diferentes mundos y entidades del universo, los cuales pueden observarse y ser conocidos con la inducción por ingestión de la bebida sagrada llamada yajé. 
El mundo de lo visible es aquel que toda persona conoce y percibe con sus sentidos; pero además de ese mundo, para los Siona existe un mundo no visible. Este es un universo jerárquicamente organizado, dividido en cinco discos planos. El primer disco es considerado yija sanahue (dentro de la tierra), el segundo es te´e guename (primer cielo), tercer disco, samu guename (segundo cielo), cuarto disco, samute guename (tercer cielo) y el último disco, zin guenara guename (pequeño cielo de metal).
Para los Sionas, la vida se encuentra controlada por entidades invisibles que están detrás de toda la realidad que se puede observar, incluso de las enfermedades. El huatí (espíritu) se encuentra asociado a las plantas, animales, árboles, agua, fenómenos naturales, etc. La autora los describe como unos espíritus neutros, pero con mucha agresividad, que pueden provocar males a los habitantes Siona. Estos espíritus se relacionan con las enfermedades, y puede intervenir en la preparación del yajé. Por eso, en dicha preparación, la comunidad y los chamanes siguen una serie de reglas para evitar que algún espíritu maligno entre en el yajé. Esta medicina, finalmente, se emplea también cuando se ha determinado que la enfermedad de la persona es causada por uno de estos espíritus malignos.
Los Siona le dan dos significados a la palabra rau; el primero tiene que ver con el acto de brujería y el segundo con la enfermedad. De esta última se derivan varias características y significados que deben ser entendidos a través de cosmología. Se determina que la persona está siendo afectada por un rau, cuando expresan que “están muriendo” y su cuerpo está impedido completamente para trabajar; si tiene dolores físicos, se ha optado por curar con medicina farmacéutica, pero sin contaminar por completo su cuerpo. De lo contrario se debe curar con su medicina a base de plantas y cánticos, guiados por la fuerza del curaca.
Los sentidos de la medicina y la identificación de las enfermedades y otros males que afectan a los Siona se explican en los dos últimos capítulos del libro. En ellos se reúnen varias narrativas y leyendas trasmitidas de forma oral, y que se refieren (como todo lo relacionado con la salud) a la comprensión cosmológica de los Siona, y a valores centrales para este pueblo. Mediante el entendimiento del mundo invisible, pueden comprender los motivos por los cuales se produce el sufrimiento humano. Por eso, la mayoría de las narrativas que recoge la autora trata sobre actividades de los curacas, sobre su experiencia con el yajé y sobre temas de salud. Estas narrativas explican el rau, las causas invisibles que pueden ser los espíritus malignos, y la batalla que da el curaca para detener al responsable de las enfermedades en los Siona. Los casos de enfermedades que se narran en los dos últimos capítulos permiten interpretar simbólicamente los acontecimientos relacionados con dichas enfermedades; son parte del entendimiento de ellas, y les guían en el diagnóstico y tratamiento.
Como se aprecia, los Siona poseen una visión de la vida diferente a la que una persona de la ciudad puede tener. En Occidente, la religión explica parte de estas fuerzas invisibles y del sufrimiento del alma que no son abordados por la ciencia médica; esta última se encarga fundamentalmen de curar el cuerpo. En contraste, para los Siona, ambos elementos están íntimamente unidos e interactúan entre sí. La idea de que persona no vive para siempre está presente en sus creencias, pero no evita que los Siona sigan buscando respuesta en estas fuerzas invisibles que atraen la muerte.
Langdon comprende la dificultad de separar su comprensión de la salud y su cosmología. El sistema médico que poseen los Siona es su mismo sistema religioso. Dentro de él, existe una variedad enorme de remedios y prácticas de cura, que la autora describe mediante narrativas e historias; cada una incluye interpretaciones sobre los procesos de enfermedad y los puntos de vista sobre ella. La autora se involucra en el itinerario terapéutico de las enfermedades más graves, registrando cada interpretación, opinión y acción de las personas de la comunidad, impregnadas de su cosmovisión. Y si cada creencia se relaciona con su forma de vivir y de combatir a los espíritus malignos responsables de las enfermedades, el diagnóstico se establece mediante este entendimiento y conocimiento trasmitidos; es decir, salud y cosmovisión no se pueden estudiar de forma separada.
Otro de los problemas graves a los que la autora se refiere, es la pérdida de la lengua materna. Las generaciones más jóvenes de estas comunidades abandonan su lengua, haciendo mucho más difícil la transmisión del conocimiento de los vínculos entre sufrimiento y enfermedades con la cosmología. La autora refiere también la dificultad para la traducción de ciertos términos, en las narrativas compiladas, pues hay palabras con significados profundos y muchas veces difíciles de verter en otro sistema de comprensión del mundo. Así, con la pérdida del conocimiento que solo poseen las personas más ancianas (los curacas), los jóvenes no alcanzan a apropiarse de los complejos significados del proceso, del diagnóstico de las enfermedades y del tratamiento para combatir las fuerzas malignas.
Para concluir, la investigación realizada por Langdon a las comunidades Siona se ha basado en el entendimiento de la preparación del yajé, como principal eco (experiencias sensoriales) que crea una relación de substancia entre el curaca y el rau (brujería / enfermedad), quien así acumula el poder en su cuerpo. El rau del curaca funciona como mecanismo de control social; es decir, sustenta la importancia de este líder en la comunidad, no solo como símbolo de poder sino como principal sabio en el tratamiento de las enfermedades.
Por eso, el problema de la pérdida de la lengua materna y la muerte de los curacas complican la continuidad de las tradiciones y el aprendizaje de los mundos invisibles que sirven para mediar con el sufrimiento humano. Ha disminuido el número de curacas, que son los mediadores que conectan diferentes ámbitos cosmológicos de los Siona. En estos textos, Langdon lamenta que los jóvenes estén perdiendo la opción de curar los males de las personas con plantas, a partir del conocimiento de las jerarquías y reinos invisibles, que se interrelacionan con los acontecimientos visibles. Cabe señalar finalmente que, a partir de los contextos y desafíos del nuevo milenio, y al participar de nuevas prácticas de resistencia de los Sionas, Langdon ha modificado su mirada pesimista respecto del futuro de los Sionas. Ciertamente, el libro aquí reseñado permite acercarnos a la complejidad de su cosmovisión y la relación con la comprensión de la salud; pero muestra una mirada poco optimista de Langdon sobre el futuro de los Sionas. Por eso, también conviene escuchar y ver perspectivas más contemporáneas de esta autora, como las presentadas en el video “Taller de Bain Coca con el Pueblo Siona del Putumayo”, disponible en https://youtu.be/cBtjW59SWAw

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