Los Sionas son un pueblo originario que habita en el nororiente de la cuenca amazónica. Ocupan su territorio ancestral desde hace milenios, territorio que actualmente se ubica en la frontera Ecuador y Colombia. Existen cerca de 2500 indígenas sionas y, si bien tienen su lengua propia, cada vez hablan más el español, por diversos y complejos factores. Los sionas se encuentran en severo riesgo de extinción, a la vista de dos Estados que no hacen respetar sus derechos, que no impiden la invasión de su territorio por empresas locales o transnacionales, ni les brindan apoyo o protección ante el conflicto armado colombiano, en cuyo cruce de balas subsisten día a día.

El pueblo Siona del putumayo


Los Sionas son un pueblo originario que habita en el nororiente de la cuenca amazónica. Ocupan su territorio ancestral desde hace milenios, territorio que actualmente se ubica en la frontera Ecuador y Colombia. Existen cerca de 2500 indígenas sionas y, si bien tienen su lengua propia, cada vez hablan más el español, por diversos y complejos factores. Los sionas se encuentran en severo riesgo de extinción, a la vista de dos Estados que no hacen respetar sus derechos, que no impiden la invasión de su territorio por empresas locales o transnacionales, ni les brindan apoyo o protección ante el conflicto armado colombiano, en cuyo cruce de balas subsisten día a día.

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En todo el mundo existen Pueblos de lengua y cultura originarias. Son aquellos que, “en muy diferentes contextos, han mantenido durante siglos conciencia de su identidad étnica en la que consideran es su tierra ancestral; hablan su propia lengua y viven, actúan y piensan de acuerdo con sus propias tradiciones”. (Portilla, 1993: 216) Con enorme diversidad, esos pueblos originarios desarrollaron más de 875 lenguas en América; de ellas, suman 335 las que se hallan en riesgo de extinción y las ya extinguidas. Subsisten alrededor de 540 lenguas, con diversos grados de vitalidad, en el continente. En lo que corresponde a América Latina, hay 522 pueblos indígenas que habitan en la región, y 420 lenguas que aún se emplean. (Unicef, 2006) El hecho es que el proceso de extinción sigue avanzando: a inicios de los años 90, los 40 millones de descendientes de pueblos de lengua y cultura originarias (Portilla, 1993: 225) constituían el 9,5% de la población; según los censos de estos países entre 2000 y 2008, (Unicef, 2006) eran por entonces el 6,01%; un descenso enorme, en menos de 20 años.

Esas 540 lenguas se encuentran distribuidas en casi todos los países del continente americano y el Caribe. Si bien la diversidad lingüística es enorme,1 la mayoría de Estados de América solo reconoce el español como lengua oficial; con ello, ignoran y atentan contra la supervivencia de estas lenguas, las respectivas culturas originarias y sus aportes a la humanidad. En el caso de Ecuador, existimos personas que hablamos al menos 14 lenguas reconocidas; una de ellas, la sapara, está prácticamente extinta, pues solo quedan 2 ancianos que las hablan, y habitan en comunidades amazónicas distantes entre sí. (Palacio, 2019) Otras 11 leguas tratan de sobrevivir, en complejas relaciones de poder / subordinación frente al quichua y el español. (Ibíd.) Finalmente, la Constitución del Ecuador (2008) solo se reconoce tres lenguas oficiales: español, quichua y shuar.

La familia lingüística Tucana occidental reúne a 4 lenguas (Koreguaje, Secoya, Siona y Orejón), cuyos pueblos respectivos habitan un pequeño sector del noroeste de la Amazonía de Colombia, Ecuador, Perú y Brasil. Así, en Ecuador y Colombia, el pueblo Siona es hablante de una de las lenguas minoritarias. Su condición de pueblo transfronterizo (que habita en más de un país)

complejiza aún más su situación. En lo que llamamos América Latina, 103 de las 420 lenguas (esto es, una de cada cuatro) son transfronterizas. (Unicef, 2006) En la región que estudiamos, hay 4 pueblos ubicados a ambos lados de la frontera entre Colombia y Ecuador: los Epera, los Awá, los Cofanes y los Siona; suman, entre todos, cerca de 84 500 personas (4 500, del lado ecuatoriano, y más de 80 000, en Colombia). (Ecuavisa, 2019) Pero si el río Putumayo, políticamente, significa un fragmento localizado de la frontera entre los dos países, los indígenas lo sienten como parte de su territorio sagrado. Para los sionas, su poder simbólico es enorme y, su lugar en esa cultura, central; por eso jamás lo han sentido como un límite que demarca o divide sus familias ni su territorio.

Las tierras ancestrales repartidas entre Ecuador y Colombia no están densamente pobladas. En Colombia, los sionas se distribuyen en once cabildos y resguardos: Gao-yá, El Hacha, Tablero, Bajo Casacunte, Citará, Piñuña Blanco, Bajo Santa Elena, Buena Vista, Vegas de Santa Ana, Tenteyá y Mocoa; excepto los dos últimos, todos se ubican en las riberas del río Putumayo. (Carvajal Vargas, 2008) En el Ecuador, la Comunidad San José de Wisuya (integrada por nacionalidades Kichwa y Siona del Ecuador) se localiza en la provincia oriental de Sucumbíos, cantón Putumayo, parroquia Santa Elena; además, dos comunidades Siona-Secoyas se ubican en San Pablo de Catëtsiaya y Secoya Remolino Ñe’ñena (ambas en la parroquia San Roque, cantón Shushufindi), y en Eno (parroquia Tarapoa, cantón Cuyabeno). (Vickers, 1989).

En el lado colombiano, actualmente viven unos 2000 sionas; en el ecuatoriano, cerca de 600; sumando las poblaciones sionas de ambas riberas del río, no pasarían de los 2600 habitantes. (Cfr. Ecuavisa, 2019). Por otro lado, dichas tierras se ubican, geográfica y simbólicamente, muy lejos de los actuales centros del poder político. Llegar desde Quito hasta Wisuya toma alrededor de 12 horas de trayecto en automóvil; el viaje incluye una corta travesía por el río San Miguel, en gabarra. En los meses de junio, julio y aún agosto, puede resultar imposible llegar a Wisuya por tierra: las inundaciones cubren los últimos tramos de la ruta, y ésta debe realizarse en pequeñas embarcaciones, por vía fluvial, en ese periodo.

Como muchos pueblos ancestrales de América y el mundo, los sionas están amenazados en su existencia física, y en la pervivencia de su lengua y su cultura. Si durante la Colonia las poblaciones originarias fueron diezmadas por las epidemias, por la precarización de sus condiciones de vida y el sometimiento cultural, las amenazas de los tiempos actuales son: la explotación de recursos existentes en sus territorios (madereros, mineros, hidrocarburíferos, hídricos), con licencia de los Estados o sin ella; las dinámicas sociales al interior de los pueblos, ya sea por conflictos al interior o por el influjo de las culturas urbanas e internacionales; también incide la cooptación de miembros de las familias por las empresas y entes políticos del Estado; y, sobre todo, la negligencia de los Estado-naciones para respetar y hacer respetar sus Derechos Humanos. Así lo sustentó la Defensoría del Pueblo de Ecuador, en 2019, ante el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. En sus respuestas al cuestionario enviado por el “Grupo de Trabajo sobre la cuestión de los derechos humanos y las empresas transnacionales y otras empresas”,2 enumeró las limitantes para que los pueblos ancestrales accedan a la reparación eficaz por daños a ellos y a sus territorios: (Defensoría del Pueblo de Ecuador, 2019, 15)

- políticas públicas aplicadas sin enfoque de derechos humanos;
- falta de voluntad política del Estado para cumplir las medidas que puedan reparar vulneraciones a derechos humanos y de la naturaleza;
- dificultades para el acceso a la información generada por parte de autoridades estatales relacionadas a los permisos, auditorías, seguimiento y control de las empresas;
- y, falta de cumplimiento de las sentencias de garantías constitucionales […].

Es que los Estados operan con otras lógicas: la de la uniformidad cultural; la del control y el orden; la de los discursos del progreso y la civilización, que desconocen otras formas de existir en el mundo; y, asimismo, responden a intereses políticos y económicos, propios y de grandes empresas nacionales e internacionales. En contraste, los sionas defienden sus territorios por su derecho a vivir conforme a sus criterios y tradiciones; no desean constituirse en un país: solo exigen a los Estados que respeten sus territorios y sus derechos.

Todo ello ocurre pese a que la Constitución reconoce, en su Art. 10, que “Las personas, comunidades, pueblos, nacionalidades y colectivos son titulares y gozarán de los derechos garantizados en la Constitución y en los instrumentos internacionales. La naturaleza será sujeto de aquellos derechos que le reconozca la Constitución”. En cuanto a este último punto, el Código Orgánico General de Procesos (2015), en su Art. 38, establece la competencia de la Defensoría del Pueblo de Ecuador para representar legalmente a la naturaleza. A su vez, la Ley Orgánica de la Defensoría del Pueblo establece, en su Art. 2, que esta institución “es la encargada de velar por la promoción, protección y tutela de los derechos de todas las personas en el territorio nacional, de las ecuatorianas y los ecuatorianos en el exterior y de los derechos de la naturaleza.”

En relación con lo antes dicho, en el caso de la comunidad San José de Wisuya, “la Defensoría del Pueblo de Ecuador, el 11 de febrero de 2019, en representación de la Comunidad Indígena Kichwa-Siona– San José de Wisuya, remitió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la solicitud para la adopción de medidas cautelares a favor de esta última, para proteger la integridad colectiva y la vida de sus integrantes”. (Defensoría del Pueblo de Ecuador, 2019: 12-14). El Estado ecuatoriano no ha respondido.

Bibliografía


Carvajal Vargas, Constanza del Pilar (2008). Pilar de Control Colectivo: Nuestra Legislación. Plan de Vida del Pueblo Siona. Notas del Primer Taller Con los Cabildos Sionas del Hacha, Bajo Casacunte, Gaoya y Tablero. El Hacha - Puerto Leguízamo, abril 13 al 16 de 2008.

Defensoría del Pueblo de Ecuador, Dirección Nacional de Investigación e Incidencia en Política Pública. (Junio 2019). Cuestionario sobre el papel de las instituciones nacionales de derechos humanos en la facilitación del acceso a mecanismos de reparación eficaces en caso de violaciones de derechos humanos relacionados con actividades empresariales. https://www.ohchr.org/Documents/Issues/Business/Remedy/DefensoriadelPueblo_Ecuador.pdf

Ecuavisa (2019). Conviviendo en el conflicto. En Serie Visión 360, sexta temporada. [Reportaje televisivo]

Lenguas Amerindias. Pueblos originarios de América. https://pueblosoriginarios.com/lenguas/lenguas2.html

León-Portilla, Miguel (1993). América Latina: múltiples culturas, pluralidad de lenguas. En Adolfo Colombres (edit.), América Latina: el desafío del tercer milenio: 213-230. Buenos Aires: Ediciones del Sol.

Unicef (2006). Atlas Sociolingüístico de Pueblos Indígenas en América Latina. https://www.unicef.es/prensa/unicef-presenta-el-atlas-sociolinguistico-de-pueblos-indigenas-en-america-latina

Vickers, William T. (1989). Los Sionas y Secoyas: su adaptación al ambiente amazónico. Quito:Abya Yala / MLAL.

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